Estrategia para el fortalecimiento de habilidades socioemocionales en preescolar: guía práctica para el aula

Desarrollar habilidades socioemocionales en preescolar no es solo una recomendación de la SEP o de UNICEF: es una necesidad urgente. En el aula vemos a diario niños que se frustran con facilidad, que tienen dificultades para seguir reglas o expresar lo que sienten. En mi caso, esta estrategia me ha ayudado a que esas situaciones sean oportunidades de aprendizaje, no de conflicto.

A continuación, te comparto una guía práctica, paso a paso, para implementar la estrategia de fortalecimiento de habilidades socioemocionales de forma sencilla, real y sin sobrecargar tu planeación.


1. Por qué trabajar las habilidades socioemocionales en preescolar

Bienestar, adaptación escolar y convivencia

El objetivo central es que los niños aprendan a reconocer y regular sus emociones, desarrollen empatía y aprendan a convivir. Todo esto impacta directamente en su bienestar y en su aprendizaje.
En mi experiencia, cuando los alumnos trabajan estas habilidades, el ambiente del aula cambia por completo: hay menos conflictos, más colaboración y sobre todo, más confianza.

Problemas frecuentes y cómo prevenirlos

Rechazo entre pares, agresiones, falta de escucha, frustración ante el error… todos estos comportamientos mejoran cuando se abordan con actividades socioemocionales. La estrategia actúa como un andamiaje para construir convivencia y autocontrol desde los primeros años.


2. Cómo iniciar: diagnóstico rápido del grupo

La observación inicial paso a paso

Antes de aplicar actividades, es fundamental observar al grupo. En el manual de UNICEF se propone un diagnóstico muy simple: leer el enunciado, observar al grupo completo y calificar con nunca, a veces o siempre.
Yo suelo hacerlo durante una semana; en ese tiempo descubro, por ejemplo, que la mayoría necesita reforzar la autorregulación o la empatía.

Priorizar dimensiones según resultados

El diagnóstico te indica en qué enfocarte primero. Si detectas impulsividad, trabajas autorregulación; si hay aislamiento, colaboración. Así las actividades realmente responden a las necesidades del grupo.


3. Planificación sin sobrecarga: integra la estrategia a tu clase

Transversalidad con campos formativos

Esta estrategia no es una asignatura aparte. Lo ideal es integrarla con los campos formativos: lenguaje, saberes y mundo natural. Por ejemplo, si estás en el campo de Lenguajes, puedes trabajar la empatía a través de un cuento dramatizado.

Estructura de sesión en 45 minutos

Las sesiones se organizan así:

  • Inicio (5-10 min): historia del personaje que introduce la habilidad.
  • Desarrollo (20-30 min): actividades diferenciadas y participativas.
  • Cierre (5 min): recapitulación y preguntas reflexivas.

Cuando probé este formato, noté que el tiempo es suficiente para trabajar una habilidad sin que los niños pierdan el interés.

Frecuencia y dosificación

Puedes hacerlo dos o tres veces por semana. Lo importante es el refuerzo diario: aprovechar cualquier momento —una fila, una comida, un juego libre— para recordar lo trabajado.


4. Las cinco dimensiones en acción

Autoconocimiento — reconocer emociones y fortalezas

Cada dimensión tiene su personaje; el de autoconocimiento invita a explorar “quién soy” y “cómo me siento”. Me gusta iniciar con el juego El espejo: los niños imitan emociones y las nombran. Así empiezan a identificar lo que sienten.

Autorregulación — del impulso a la calma

Aquí usamos técnicas como respirar profundo, contar hasta diez, o visitar el rincón de calma. En mi grupo, cuando alguien se enoja, sabe que puede ir a ese espacio, respirar y regresar cuando esté listo.

Autonomía — actuar de forma responsable

La autonomía se construye dando oportunidades reales: elegir materiales, organizar su espacio, tener encargos. Esto fortalece la confianza y el sentido de responsabilidad.

Empatía — ponernos en los zapatos del otro

Trabajo mucho la empatía con cuentos y dramatizaciones. Por ejemplo, en una historia sobre una familia que ayuda a un amigo triste, los niños proponen formas de acompañarlo. Así practican ponerse en el lugar del otro.

Colaboración — trabajo en equipo real

La colaboración se enseña haciendo. Cuando mis alumnos construyeron un refugio del bosque con materiales reciclados, aprendieron más sobre cooperación que en cualquier explicación teórica.


5. Estrategias funcionales que sí funcionan

Círculos de diálogo

Un espacio para compartir experiencias, escucharse y proponer soluciones. Requiere enseñar a esperar turnos y a escuchar sin interrumpir, pero los resultados son sorprendentes: la confianza grupal crece.

Rincón de la calma

Un espacio físico con juguetes, libros o dibujos donde los niños pueden relajarse. No es castigo, sino oportunidad para autorregularse. Lo transformamos en un lugar querido del aula.

Juegos, música y yoga

Cantar, moverse o practicar posturas sencillas de yoga ayuda a canalizar energía y expresar emociones. A veces cerramos el día con una canción de respiración consciente: todos más tranquilos, yo incluida.


6. Vincula contenido y socioemocional: ejemplos listos para usar

  • Tema “Animales del bosque” + colaboración: construir refugios en grupo con material reciclado.
  • Tema “La familia” + empatía: crear cuentos sobre ayudar a un amigo con problemas familiares.
  • Tema “Yo soy” + autoconocimiento: elaborar un mural con dibujos de lo que los hace únicos.

Cada actividad une aprendizaje curricular y emocional, haciendo que ambas áreas se refuercen mutuamente.


7. Trabajo con familias: el segundo frente

El desarrollo emocional se consolida cuando la escuela y la casa trabajan juntas.
La Bitácora Estelar Familiar propone tres actividades sencillas a la semana; las familias eligen una y la realizan con sus hijos. También recomiendo la app Brom, que ofrece más de mil ideas para reforzar hábitos positivos desde casa.


8. Seguimiento y evaluación sin papeleo

No hace falta llenar formularios. Basta con registrar observaciones breves: “participa en diálogo”, “usa el rincón de calma sin ayuda”, “coopera con sus compañeros”.
Estas notas se transforman en evidencias reales del progreso emocional del grupo.


9. Rol docente: modelar lo que queremos ver

Una frase de una colega me marcó: “No podemos dar algo que no tenemos.”
Las educadoras somos modelos de calma, empatía y colaboración. Por eso el primer paso es aplicarlas nosotras mismas. Cuando logramos regularnos, escuchar y actuar con empatía, el grupo refleja esa energía.


10. Recursos útiles y preguntas frecuentes

Materiales

  • Manual “Estrategias para el fortalecimiento de habilidades socioemocionales en preescolar” — UNICEF México
  • Guía SEP “Desarrollo de habilidades sociales y emocionales para entornos educativos armónicos”
  • Bitácora Estelar Familiar y app Brom

Preguntas frecuentes

¿Cuánto dura una sesión?
Aproximadamente 45 minutos: 10 de inicio, 30 de desarrollo y 5 de cierre.

¿Cómo adaptarlo a diferentes grados?
Usa el mismo formato, pero ajusta la complejidad y lenguaje. En primero se enfatiza la emoción; en tercero, la reflexión.

¿Qué pasa si los padres no colaboran?
Empieza con pequeñas actividades que requieran mínimo tiempo; cuando ven los avances, se suman con gusto.

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