Cuando pensamos en educación preescolar, lo primero que suele venir a la mente es una imagen de maestras rodeadas de niños pequeños en un ambiente lleno de colores y juegos. Sin embargo, hay un grupo poco común, pero muy valioso, dentro de este nivel educativo: los hombres.
Ser un maestro varón en preescolar es un desafío, no solo por los prejuicios y estereotipos, sino también por la desconfianza que aún existe en algunas comunidades. Sin embargo, la experiencia de quienes han elegido este camino demuestra que los hombres pueden aportar muchísimo en la educación infantil.
En este artículo, voy a contar mi experiencia personal como maestro de preescolar, los obstáculos que enfrenté, las ventajas que descubrí y cómo esta vocación ha cambiado mi vida.
¿Por qué hay tan pocos hombres en la educación preescolar?
Un campo dominado por mujeres
No es un secreto que la educación infantil ha sido históricamente un ámbito predominantemente femenino. En muchas sociedades, se ha asociado el cuidado y la enseñanza de los más pequeños con las mujeres, dejando fuera a los hombres casi por completo.
Esto se debe, en parte, a la idea de que los niños necesitan una figura maternal en el aula. Sin embargo, esta visión deja de lado la importancia de la diversidad en la enseñanza y cómo la presencia masculina también puede aportar un enfoque enriquecedor.
Estereotipos y prejuicios sobre los hombres en educación infantil
Desde el primer día en la Normal, me di cuenta de que los hombres éramos minoría en preescolar. Algunos nos inscribimos por vocación, otros porque era la única opción disponible, pero lo cierto es que el prejuicio estaba presente desde el principio:
- “Eso es para mujeres.”
- “¿Y qué van a hacer ahí? Solo recortar y pegar.”
- “Eso es una guardería, no una escuela.”
Lo que muchos no saben es que ser maestro de preescolar implica muchísimo más que cuidar niños. Es el primer contacto que tienen con la educación, y es donde se sientan las bases para su aprendizaje futuro.
La desconfianza social y los riesgos de ser maestro varón
Uno de los obstáculos más grandes que enfrentamos los hombres en preescolar es la desconfianza. En mi caso, cuando llegué a mi primera escuela, algunas madres me cuestionaban:
- “Es que es hombre, ¿cómo va a cuidar a mi hijo?”
- “¿Y quién los va a llevar al baño?”
- “¿No hay una maestra que pueda estar con ellos mejor?”
Además, existe un temor constante a ser acusado de algo. Por ello, los maestros varones en preescolar tenemos que seguir protocolos de seguridad muy estrictos:
✔ Nunca estar a solas con un niño.
✔ No acompañarlos al baño sin supervisión.
✔ Evitar cualquier tipo de malentendido con los padres.
Es una realidad difícil, pero que hemos aprendido a manejar con profesionalismo.
Los retos de ser un maestro varón en preescolar
La primera impresión de los padres: “¿cómo va a cuidar a mi hijo?”
Al principio, muchas mamás dudaban. Tenía que demostrar que podía ser un buen maestro, que sus hijos estarían seguros y aprenderían.
Con el tiempo, gracias a mi trabajo y a los resultados que lograban los niños, los mismos padres comenzaron a pedirme como maestro para sus hijos menores. La confianza se gana con trabajo y compromiso.
El miedo a acusaciones y la necesidad de protocolos de seguridad
Como mencioné antes, los maestros varones tenemos que ser doblemente cuidadosos. Un malentendido puede costarnos la carrera.
La diferencia en el trato con compañeras maestras
Las maestras suelen ser más reservadas entre ellas, pero entre hombres hay más franqueza. Nunca sentí que había competitividad con mi compañero maestro, más bien era un apoyo mutuo.
Las ventajas de ser un maestro hombre en preescolar
Generando confianza con los padres y familias
Los papás suelen sentirse más cómodos cuando ven a un maestro hombre en preescolar. A veces se acercan más fácilmente para hablar de la educación de sus hijos.
El papel de figura paterna para algunos niños
Muchos niños no tienen una figura paterna en casa, y al ver a un maestro hombre, generan un lazo especial. Buscan consejos, apoyo y seguridad.
La conexión especial con los alumnos: el cariño genuino
Los niños son sinceros. Te abrazan, te dicen que te quieren y valoran tu presencia en su vida. Eso no tiene precio.
Estrategias y metodologías: cómo marcar la diferencia en el aula
Uso de la tecnología para evaluar y registrar el progreso
Para optimizar mi trabajo, implementé herramientas digitales:
✅ Dictado por voz en el celular para registrar observaciones.
✅ QR con videos y evidencias de aprendizaje.
✅ Portafolios digitales con los avances de cada niño.
Creación de ambientes de aprendizaje llamativos y dinámicos
Siempre decoro mi aula de forma creativa. Un ambiente atractivo hace que los niños disfruten más el aprendizaje.
La importancia del toque humano en la educación infantil
Aunque ahora se regulan los abrazos y muestras de cariño, creo firmemente que los niños necesitan afecto. El reto es demostrarlo sin que se malinterprete.